Gracias por estar siempre ahí, siempre cerca, siempre presente. Aunque a veces me despisto y me dejo nublar por mi propia sombra, tu presencia me alienta y me hace sentir que cada nuevo día puede ser un mejor día.
Yo en frente de este amor me siento minúsculo. Es tan grande y poderoso que me toca mirar al cielo para tratar de imaginar su grandeza. Es tan poderoso que de un suspiro me hace volar y soñar despierto. Su poder es tan mágico que me inunda, me llena, me revuelca, me da tres vueltas pero me deja vivo, y con ganas de más. Soy minúsculo y ahora un adicto a este gran amor, nuestro amor.
Te doy por el placer de dar, no espero nada a cambio y tampoco quiero nada a cambio, ni siquiera las gracias. No me agradezcas, Date las gracias por permitirte recibir, por abrirte y ser vulnerable. Por permitirme el gesto del dar.
No me agradezcas, no quiero tus "gracias"... Si te doy es por el placer de dar me llena más el saberte que recibes que tus palabras. No me retribuyas, que ya el universo se encargará de eso. Es contradictorio que te pida esto, ya que hablo mucho y hago poco. Pero talvez por eso lo pido. Con hablar mucho a resultado poco. Quiero hacer más que decir o pedir. Si te sientes agradecido, retribuye al universo por lo que te ha brindado.
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