Mi diosa
Cada vez que podía pedía al cielo la misma cosa: deseaba una mujer que me amará como soy, extraño y todo. Si perder la fe lo hice con paciencia. Hasta que apareciste tu, sorpresiva invitada, que eres mas perfecta de lo que hubiera imaginado. Mis deseos se materializaron no en una mujer sino, en una Diosa, la cual tiene el poder de transformar mi mundo, llenar de alegría y recargar mis energías.