Ninguna princesa
No te confundas si te digo princesa, sé que no eres como las que pintan los cuentos de hadas. Aunque, si pudiera comparar, me atrevería a decir que eres como cenicienta, con más de ciento cincuenta tareas por hacer... Pero, no te preocupes ya estoy aquí dispuesto a ayudarte en tus labores, con esto tendría una excusa para poder así disfrutar el preciado tesoro de tu compañía.
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