Espacio Vins

Esta noche llueve, estoy fuera y después de mucho tiempo vuelvo a disfrutar de la lluvia sobre mí, estas en mi corazón, no me preocupa nada, me dejo consentir por las caricias que me dan las gotas de lluvia en el rostro. Pienso en ti, sonrío, disfruto del momento, te amo… a ti, que como la lluvia me cubre, me acaricia, me calma y me llena de paz.

Hoy veo la luna y veo tu rostro sonriente. Te quiero agradecer por haber generado ese vínculo con la luna, la cual me acompañará el resto de mi vida y me alegrará cada noche despejada de luna llena, creciente o menguante. Hoy la luna está llena cómo mi cuerpo de la felicidad que me produce el lindo recuerdo de esas noches a tu lado.

Para qué escribir? Si te lo puedo decir, te lo puedo mostrar, te lo puedo hacer. Teniéndote cerca las posibilidades son infinitas, la imaginación se sublima y entra en otra dimensión. Los sentidos se excitan. Todo mi cuerpo entra en un estado astral, en un trance, en un sueño terrenal. Esto y más produces, esto y más haré y replicaré en tu ser, si te tengo cerca y si te lo permites. Por el momento lo dejo en este papel como constancia de esta propuesta directa de vida juntos y de vidas completas.

Una sinfonía es, el tenerte cerca, el que me acaricies dulcemente, el que me hables al oído y me digas que me quieres.  Entonemos juntos el concierto de nuestras vidas, cantaré para ti, y bailaras para mí. Seremos espectadores y actores en esta harmonía, en este paraíso.

Yo en frente de este amor me siento minúsculo. Es tan grande y poderoso que me toca mirar al cielo para tratar de imaginar su grandeza. Es tan poderoso que de un suspiro me hace volar y soñar despierto. Su poder es tan mágico que me inunda, me llena, me revuelca, me da tres vueltas pero me deja vivo, y con ganas de más. Soy minúsculo y ahora un adicto a este gran amor, nuestro amor.