Espacio Vins

Eres como un huracán, cuendo te acercas todo se estremece, te acercas más y siento tu fuerza. Al mínimo contacto me elevas por los aires. Revoloteo sin rumbo, me meneas, me das vueltas, me enloqueces. Todo va tan rápido, tan inesperado, tan sorpresivo. Pero en un instante en el que me acerco más, siento tu respiración tan profunda cómo la mía, nos abrazamos y en ese abrazo entiendo que es estar en el ojo de un huracán. Todo es calma en ese centro, nuestro centro, aunque el resto este por los aires y sea incierto. No sé si yo también sea tu ojo de huracán, pero contigo he encontrado mi oasis en este mundo tan descomunal.

Se llenó de tal forma que se desborda. El vacío que existía en mi pecho desapareció en un instante. La plenitud que provoca tu presencia es tan única, tan encantadora que te pido te quedes por un rato más a mi lado, y esperes a que me duerma como nunca lo había hecho.

Ya no aguanto más esto que siento, es insoportable, voy a estallar, se me va a escapar, no lo puedo controlar. Se me derrama. Papel déjame usarte para plasmar esto que siento. Este sentimiento de deseo de amarla, de llenarla de besos, de tenerla entre mis brazos y con cada caricia decirle que la quiero. Que la quiero bien, que la quiero feliz. Gracias papel por permitirme liberar de a poco esta emoción de amarla.

Hoy me paré en frente al espejo y te ví frente a mi. Este espejo es especial no me mostró una imagen de cuerpos físicos, me mostró tu ser interior. Ese ser con el que me identifico, ese ser maravilloso que se parece a mi. Y aún siendo tú y yo tan diferentes en muchos aspectos corporales y de carácter. Ese espejo me dejó ver mi corazon y tú corazón. Dos corazones grandes ruborizados los cuales laten al unisono está canción del amor. Tú, mi imagen, mi reflejo gracias por mostrarme tu ser interior.

Te siento tan cerca, cada fragancia, cada canción, cada sensación, me recuerda a ti. Te siento próxima, te siento confiada, te siento tranquila, te siento feliz y sonrío.  Sé que estás así porque vives en mi. Llenas todo mi ser, como yo posiblemente llene tu ser. Gracias por llenarme y hacerme sentir pleno. Esta es tu casa, las puertas están​ abiertas por si te quieres quedar.

Nuestra testigo es la luna, quién sabe y conoce lo que pasó esa noche​ aquella cuando nos encontramos y el fuego de tu aliento encendió el aire que respiro. Ella nos conoce y celebra ese encuentro en dónde el amor durmiente se despertó con tanta fuerza que las cadenas que nos separaron se rompieron y nos hicimos nuevamente uno. Un ser, un corazón, un latir, un suspiro. Ella testigo de este amor latente, de este amor a flor de piel, te recordará que te amo y te espero, hasta que desees regresar.

¿Por qué darte una flor? Porque al lado tuyo nunca se marchitaría.